El Ejecutivo de Honduras, bajo la dirección de la presidenta Xiomara Castro, expresó su desaprobación hacia la «Lista Engel» divulgada por Estados Unidos, la cual incluye a funcionarios y exautoridades hondureñas acusadas de corrupción. De acuerdo con el canciller Eduardo Enrique Reina, el listado no presenta evidencia sólida y está influenciado por intereses políticos.
El viernes 27 de diciembre, el gobierno de Honduras rechazó la lista que menciona a la magistrada Sonia Marlina Dubón y al exministro de la Presidencia, Ebal Díaz. Como respuesta, Reina reforzó la posición del gobierno al afirmar que no aceptan «medidas y listas unilaterales» creadas sin transparencia ni colaboración internacional. Según el canciller, estas sanciones podrían estar fundamentadas en datos parciales o afectados por intereses particulares.
Este viernes 27 de diciembre, el Ejecutivo hondureño desconoció la lista, que incluye a la magistrada Sonia Marlina Dubón y al exministro de la Presidencia, Ebal Díaz. En respuesta, Reina reafirmó la postura del gobierno al declarar que no reconocen “medidas y listas unilaterales” elaboradas sin transparencia ni cooperación internacional. Según el canciller, estas sanciones pueden basarse en información parcial o influenciada por intereses específicos.
Por otro lado, el exministro Ebal Díaz es acusado de desviar fondos públicos que estaban destinados a la reconstrucción de viviendas después de los huracanes Eta e Iota. Tras su inclusión en la lista, Díaz se trasladó a Nicaragua en 2022.
Por su parte, el exministro Ebal Díaz es acusado de desviar fondos públicos destinados a la reconstrucción de viviendas tras los huracanes Eta e Iota. Tras su inclusión en la lista, Díaz se refugió en Nicaragua en 2022.
Otra persona sancionada es Lourdes Blanco, esposa del ministro de Gobernación y Justicia, Tomás Vaquero. Según el Departamento de Estado, Blanco habría utilizado su influencia para presionar a funcionarios públicos y manipular decisiones gubernamentales.
El rechazo del Gobierno de Castro a la Lista Engel se da en un contexto de creciente tensión con EE.UU., reforzando la postura de la administración hondureña contra las sanciones impuestas de manera unilateral.