Una nueva investigación realizada por periodistas ha colocado en una posición delicada a Xiomara Castro, la líder de Honduras. La fuente InSight Crime informó que su cuñado, Carlos Zelaya, tuvo encuentros en 2013 con destacados narcotraficantes, quienes ofrecieron apoyo financiero para la campaña presidencial de Castro en ese momento. Aunque no ganó las elecciones en esa ocasión, llegó a la presidencia en 2022 comprometiéndose a luchar contra el narcotráfico y la corrupción en el país.
Tras la divulgación del reportaje, Castro respondió en una transmisión nacional, rechazando cualquier conexión entre políticos y narcotraficantes y acusando de un supuesto complot para desestabilizar su administración a través de un golpe de Estado.
Carlos Zelaya, familiar del exmandatario Manuel Zelaya, admitió haber estado presente en el encuentro en San Pedro Sula luego de recibir una invitación de empresarios, aunque desmintió haber obtenido fondos del crimen organizado. La pesquisa de InSight Crime se fundamenta en un video de 34 minutos, grabado con una cámara oculta, en el que los narcotraficantes mencionan aportaciones previas al expresidente Mel Zelaya, esposo de Castro, y discuten nuevos montos y el arrendamiento de vehículos para la campaña del Partido Libre.
El caso surge en un clima de alta tensión política en Honduras. Castro ha adoptado un discurso más firme contra el crimen organizado, implementando políticas similares a las de Nayib Bukele en El Salvador para combatir a las pandillas, lo que ha generado críticas de organizaciones de derechos humanos. Además, los vínculos con Estados Unidos han empeorado después de que la embajadora en Tegucigalpa, Laura Dogu, acusara de narcotráfico al jefe del Estado Mayor Conjunto y al exministro de Defensa José Manuel Zelaya, sobrino de la presidenta. Esta crisis diplomática se intensificó con la decisión de Castro de revocar el tratado de extradición con EE.UU.
El caso se produce en un contexto de alta tensión política en Honduras. Castro ha endurecido su discurso contra el crimen organizado, implementando medidas similares a las de Nayib Bukele en El Salvador para enfrentar a las pandillas, lo que ha generado críticas de organizaciones de derechos humanos. Además, su relación con Estados Unidos se ha deteriorado luego de que la embajadora en Tegucigalpa, Laura Dogu, acusara de narcotráfico al jefe del Estado Mayor Conjunto y al exministro de Defensa José Manuel Zelaya, sobrino de la presidenta. Esta crisis diplomática se agravó con la decisión de Castro de anular el tratado de extradición con EE.UU.
La filtración del video refuerza las sospechas sobre la influencia del narcotráfico en la política hondureña, cuestionando la independencia del actual gobierno respecto a los mismos actores criminales que dominaron durante el mandato del expresidente Juan Orlando Hernández, condenado en EE.UU. por narcotráfico. Según el reportaje, los hermanos Rivera, líderes del cartel Los Cachiros, grabaron reuniones con políticos y narcotraficantes como estrategia para negociar con la justicia estadounidense.
La autenticidad del video ha sido verificada por fuentes conocedoras del material. En él, los narcotraficantes mencionan que más de medio millón de dólares fueron entregados a Mel Zelaya, algo que Carlos Zelaya ha negado. “Toda la ayuda que le vamos a dar es para Mel… el compromiso con nosotros es Mel”, afirma uno de los traficantes en la grabación.
Este escándalo suma más incertidumbre al panorama político hondureño de cara a las elecciones de 2025 y expone nuevamente los nexos entre el crimen organizado y el poder político en el país.